Bullying, nuevo paradigma para considerarlo como diagnóstico médico, reto para la medicina familiar
Abstract
Un tema que se ha hecho muy conocido en la actualidad es el bullying, que como
otras enfermedades van apareciendo a lo largo de los años y así como surgen
algunas mutaciones que sufren los diversos gérmenes ya sean bacterias, virus,
hongos, etc; también aparecen formas de violencia enmascaradas con la moda,
con el advenimiento de las nuevas tecnologías, con las formas de crianza y con la
violencia doméstica que es sufrida a diario por cifras altas de la población.
El “bullying” (acoso escolar o laboral) es un problema común. Sin embargo, es
poco considerado como un diagnóstico en el campo de la salud asistencial. Es una
forma de abuso que puede existir en cualquier ámbito donde convive un grupo de
personas, pero ocurre con más frecuencia en el ámbito escolar de niños y
adolescentes.Las cifras son alarmantes, y en muchos casos es pasada por alto por maestros,
padres, incluso por la atención médica, donde es allí que el médico general o
especialista debería ser integral para no dejar desapercibido un diagnóstico tan
importante en nuestros tiempos que se refleja en signos y síntomas subjetivos por
el adolescente que está sufriendo este tipo de maltrato.
A pesar de que el bullying es un fenómeno que se ha empezado a estudiar como
respuesta de la creciente violencia escolar, este comportamiento es tan
rudimentario como el hombre mismo. La agresión como respuesta y la necesidad
de marcar el control sobre un territorio ha sido algo que nos ha caracterizado
como raza, y que de algún modo nos ha permitido evolucionar, aun cuando la
violencia no sea la forma más adecuada para defenderse.
Las causas de este fenómeno de bullying son múltiples y complejas. Existen, en
nuestra sociedad, ciertos factores de riesgo de violencia, como la exclusión social o la exposición a la violencia a través de los medios de comunicación. Es de importancia médica detenernos un momento a tomar conciencia acerca de nuestro rol como primeros detectores de un caso de violencia dentro de nuestros tan importantes diagnósticos, sin dejar de lado investigar el aspecto biopsicosocial de la gran población adolescente, que en muchas ocasiones por la falta de tiempoy atención no es percibida en el hogar. Tradicionalmente, el maltrato contra niños y adolescentes se ha considerado como una circunstancia médico-social en la que un individuo generalmente un adulto cercano, una institución o una sociedad, valiéndose de la superioridad, física, intelectual o ambas, abuse en forma pasiva o activa contra uno o varios menores, provocándoles un daño en uno o varios de los componentes de su salud integral. Tales acciones pueden ser ejercidas desde el momento de la concepción del individuo hasta el término de su adolescencia. (1-2) El impacto social en la salud y economía es tal, que la Organización Mundial de la Salud lo considera un problema universal. (3)La Academia Americana de Pediatría a su vez, considera que es un problema urgente que requiere la formación de profesionales capaces de enfrentarlo y prevenirlo. (4) En México, la Clínica de Atención Integral al Niño Maltratado (CAINM) del INP de la SS ha estudiado durante más de veinte años el fenómeno y ha señalado que existen diferentes formas de maltrato hacia los menores de edad. (2) Consideran tres grupos de variantes de violencia en razón de su frecuencia, del conocimiento y consideración del personal de salud: (2) a) Formas conocidas: Maltrato físico, negligencia, maltrato psicológico, abuso sexual y niños en situación de calle. b) Formas poco conocidas: Destacan el síndrome de niño sacudido, el abuso fetal, el síndrome de Münchausen y el ritualismo. c) Formas poco definidas: Expresiones infrecuentes y de conceptos poco precisos, que son formas de violencia sin atención y de agresión a los derechos de los niños: los niños en situación de guerra y el maltrato étnico. En este amplio contexto, desde hace unas tres décadas, la comunidad escolar y médica han puesto atención en una forma de violencia que tiene algunas peculiaridades en su génesis y expresión y que ocurre generalmente en individuos que viven la etapa temprana o intermedia de su adolescencia. Se distingue como una forma de agresión crónica y recurrente ejercida por uno o varios jóvenes sobre otro u otros, lo que involucra irremediablemente el ambiente en que se da la relación entre los actores. (IN)
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