Técnicas de almacenamiento de alimentos de origen animal.
Abstract
El consumo de grandes cantidades de productos animales se asocia generalmente
con la afluencia de una sociedad. Esto está relacionado con la eficiencia de la
producción de nutrientes por la naturaleza. Antes de que los animales, las aves y los
peces puedan proporcionar alimentos al hombre, en forma de carne, huevo o leche,
tienen que satisfacer sus propias necesidades fisiológicas de energía y síntesis. Estas
necesidades se satisfacen en gran parte mediante el consumo de materiales vegetales
que, si fueran consumidos directamente por el hombre, podrían sostener una
población bastante mayor que la que sostienen los productos animales derivados de
ellos. Esto abarca la cantidad total disponible de calorías, proteínas, y todos los
demás nutrientes requeridos para la vida.
El estudio de las alteraciones de los alimentos causadas por los microorganismos ha
sido muy estudiado llegándose a documentar la caracterización de la microflora
típica asociada a cada alimento durante el almacenamiento.
En el almacén existen tres áreas fundamentales, cuyos nombres coinciden con los tres
procesos básicos que se ejecutan, a saber: recepción, almacenamiento y despacho,
pero no así sus operaciones, o lo que es lo mismo: hay operaciones de
almacenamiento que se realizan en el área de recepción y existen operaciones de
despacho que se realizan en el área de almacenamiento.
Todos los alimentos perecederos, especialmente los alimentos de alto riesgo
(productos lácteos, carnes cocinadas, pescados y carnes de ave) deben almacenarse
en refrigeración para evitar ser contaminados por bacterias perjudiciales. Los
alimentos congelados necesitan una atención especial; ya que el hecho de estar
congelados no garantiza la total inocuidad de los mismos.
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